jueves, 16 de mayo de 2013

LA MUERTE NEGRA.




Hoy voy a utilizar de nuevo el tiempo para poder posicionaros en 1348, un año donde una enfermedad terrible y desconocida se propagó por Europa, y en pocos años sembró la muerte y la destrucción en todo el continente.

Fue la pandemia más demoledora en la historia de Europa entre los años 1348 y 1361, tomando el nombre de “muerte negra”. Pero la conocemos mas comúnmente como peste bubónica, a mi me da escalofríos solo oírla, porque se que detrás de este nombre se esconden miles de muertes, y es bubónica porque se refiere al “bubón” o agrandamiento de los ganglios linfáticos. Esta plaga es propia de los roedores, pasando de rata en rata a través de las pulgas.

En esta época las epidemias eran bastantes comunes, al fin y al cabo no existía la medicina tal y como la entendemos hoy. La falta de higiene, poblaciones atestadas de gente, animales en la calle (propensos a tener pulgas) y aguas contaminadas ayudaban a que las enfermedades se trasmitieran con más facilidad. En esta época también existían otras enfermedades comunes como la gripe y el tifus.


La enfermedad se producía a través de la picadura de una pulga, normalmente relacionada con la rata negra, que tenía la bacteria Yersinia pestis. Sin embargo estudios recientes parecen poner en duda esta teoría, ya que numerosos cuerpos analizados no muestran esta bacteria. Según lo documentado, el periodo de incubación era largo, lo cual ayudo a que se propagara en tierras lejanas y lugares donde no había ratas, por lo que se trasmitió entre personas.

La mayoría de los libros que he leído ambientados en la edad media, hacen referencia a la peste, argumentando con detalle el largo sufrimiento de la enfermedad hasta llegar a la muerte, y como se propagaba, con que facilidad y la cantidad de gente que falleció por este motivo.

Los síntomas según la información recopilada para esta historia, y siendo testigo en los libros que he leído ambientados en la época de la Edad Media, eran muy claros. La primera pista era que a los afectados se le hinchaban los ganglios, también llamados bubones, produciendo un terrible dolor, con altas subidas de fiebre, producía dolor de cabeza, escalofríos, aparecían manchas oscuras en la piel debido al daño en las capas inferiores de los tejidos de la piel, debilitándose poco a poco. Estas manchas fueron las que ayudaron a darle el nombre  de peste negra. De todos modos había tres tipos de manifestaciones.

La primera era la peste bubónica, con una mortalidad de entre un 30 y un 65%. Se caracterizaba por la aparición de los bubos en zonas como el cuello, las axilas y las ingles, acompañados de fiebre alta, escalofríos, dolores, malestar y náuseas. El segundo tipo era la peste neumónica, la más común. Se transmitía por contagio humano. Los síntomas eran parecidos pero acompañados de esputos de sangre, ya que afectaba al pulmón. Su índice de mortalidad estaba entre el 90 y el 95%. Y por último estaba la peste negra o peste septicémica, la más mortífera ya que su índice de mortalidad era del 100%. Producía fiebres extremadamente altas y manchas negras en la piel.



 Desgraciadamente en la época de la Edad Media el conocimiento en medicina era insuficiente, por no decir nulo, por lo que el origen de la enfermedad se atribuyó a lo sobrenatural, se considero en todo momento un castigo divino por los posibles pecados cometidos por los hombres. Las principales víctimas de esta creencia fueron los judíos y los leprosos. Se dijo de ellos que habían envenenado los pozos y por eso estaba enfermando la gente. Asimismo, se culpó a los extranjeros y peregrinos, por lo que las poblaciones cerraron sus murallas e impidieron el paso a todo aquel que intentase entrar.

Uno de los focos iniciales de la epidemia, según la información manejada, pudo venir de las estepas de Asia central difundida por los ejércitos mongoles. Lo que está claro es que la peste vino por la ruta de Crimea, ya que los mongoles asediaron la colonia genovesa de Kaffa (Feodosiya) lanzando cadáveres infectos hacia la ciudad. Los refugiados que escaparon de la ciudad fueron a ciudades de Europa como Venecia o Génova entre 1347 y 1348, lo que hizo que se propagara rápidamente desde Italia al resto de Europa. Muchos de los barcos que llegaban a puerto atracaban con todos sus ocupantes muertos.

En principio se pensó que la rápida propagación pudo deberse a los peregrinos, soldados o monjes mendicantes por el hecho de viajar constantemente, pero lo cierto es que el comercio fue el mayor medio de difusión, ya que junto a las mercancías que procedían de países donde la plaga se había extendido, llegaban ratas infectadas que causaban la enfermedad.



El balance demográfico fue sorprendente, se estima que casi la mitad de la población de Europa perdió la vida a consecuencia de la enfermedad, aproximadamente 25 millones de personas, a esta cantidad debemos sumar los 30 millones de personas que murieron en Asia y África, en muchas poblaciones murieron todos sus habitantes, convirtiéndose en pueblos fantasma, los pocos que quedaban huían infectados hacía otras poblaciones, facilitando como anteriormente decíamos la propagación de la muerte negra.

Podéis imaginaros las consecuencias de este drástico cambio en la demografía mundial. La rápida perdida de población produjo importantes cambios económicos causados por la escasa mano de obra. La agricultura quedó abandonada totalmente, los campos desiertos y desatendidos, debido a ello la población medieval se centró más en el consumo de carnes. El poder de la iglesia y todo lo que lo rodeaba quedó mermado, los habitantes les acusaba de no haber sido capaces de parar la pandemia que se desató.

¿Veis algo positivo?, en principio no lo hay, pero en estas situaciones o ves algo bueno o te hundes en la miseria. Al escasear trabajadores se innovó en técnicas de trabajo de épocas anteriores, lo que se relaciona con la aparición del Renacimiento años después en zonas como Italia, donde surgió antes que en zonas de Europa.

La prevención y el tratamiento de la plaga son relativamente éxitos en la actualidad. El organismo que la causa fue descubierto, casi al mismo tiempo, por el japonés Sharamiro Kitasato y el suizo Alexander Yersin, y la prevención fue posible gracias a la inoculación de una vacuna preparada con organismos muertos o por la inyección de una cepa activa pero no virulenta llamada Yersinia.

Para mi personalmente y aunque suene fuerte, la peste negra fue el ataúd de Europa en la Edad Media.


AEC