Hoy especialmente,
quiero retroceder en el tiempo unos cuantos siglos, para situarme en una época
llena de cultura, misterio y sobre todo arte. Con el objetivo de contaros algo
que es actualidad, ya que ellos fueron los que supuestamente predijeron el fin
del mundo, una profecía que si la tomásemos en serio, estaríamos al borde del
fin de la era humana.
Viajamos por lo tanto
al siglo III, para adentrarnos en una civilización enigmática, desarrollada en
la conocida península del Yucatán, territorios del sur de México, Guatemala, El
Salvador y Honduras.
Como resumen y en
términos generales, las ciudades mayas se dividían en dos sectores: uno urbano,
en el que se encontraban los residentes del centro ceremonial, la clase
dirigente, sacerdotes, artesanos y mercaderes, y otro rural, en el que
habitaban los campesinos.
Cada ciudad funcionaba como un Estado ordenado
jerárquicamente. Existía un soberano absoluto, la máxima autoridad
política. Se encargaba de dictar las leyes, administrar justicia y organizaba
el comercio. Gobernaba asesorado por el Gran Consejo, integrado por los
principales jefes de aldea y sacerdotes.
En cuanto a las
creencias mayas, al igual que otras culturas prehispánicas, los mayas eran
politeístas; es decir, creían en varios dioses, a los cuales jerarquizaban y
relacionaban con distintos elementos o situaciones.
Su vida estaba regida por los dioses, desde su nacimiento
hasta la hora de su muerte; les rendían culto durante todo el año, además le
ofrecían ayunos, oraciones y sacrificios de humanos.
La religión maya fue evolucionando. Al principio, las
fuerzas de la naturaleza eran el centro de su devoción, como es característico
de los pueblos nómadas. Posteriormente, con el asentamiento del viejo imperio,
surgió una poderosa clase sacerdotal y un gran panteón de divinidades.
El tiempo para los Mayas era considerado un proceso cíclico, continuo y de carácter divino. Creían que antes del mundo en el que se desarrollaron habían existido otros, y que el de ellos se destruiría al cumplir su período, para hacer posible el comienzo de un nuevo ciclo.
El tiempo para los Mayas era considerado un proceso cíclico, continuo y de carácter divino. Creían que antes del mundo en el que se desarrollaron habían existido otros, y que el de ellos se destruiría al cumplir su período, para hacer posible el comienzo de un nuevo ciclo.
El único dios existente y creador del mundo era Hunab Ku. Su
hijo Itzamná, con forma de serpiente, presidía a los demás dioses, tenía el
poder del fuego y del hogar, y era el inventor de la escritura y los libros.
Fue especialmente venerado en Yucatán
Podemos afirmar que
la base de su economía era la agricultura, El sistema de cultivo, basado
en rozas, provocó el fin del viejo imperio, tras la migración de la población
por el agotamiento de los suelos fértiles.
Este sistema consistía en que, para cultivar, despojaban el
terreno de todo tipo de árboles y plantas, que luego quemaban. Las semillas
eran puestas en agujeros cavados en el suelo mediante palos puntiagudos.
Agotada la tierra, debían mantenerla sin cultivar (en barbecho) durante unos
años. Al mismo tiempo, debían limpiar nuevas zonas de la selva para el cultivo.
La agricultura estaba ligada a sus conocimientos de las
matemáticas y la astronomía, lo que les permitía conocer el ciclo estacional
para lograr mejores cosechas.
Los Mayas cosechaban cacao, tomates, ají, pimientos y
vainilla, entre otros, y recolectaban frutas silvestres, como paltas, papayas,
guayabas, plátanos, etc. También practicaban la caza, pesca y domesticaban
animales para alimentarse, pero nunca conocieron la rueda, el arado o la
tracción animal.
Además trabajaron la piedra que utilizaron para construir
armas, adornos e instrumentos de trabajo, también trabajaron la alfarería.
Como civilización,
personalmente era asombrosa, con una capacidad de desarrollo cultural alta
sobre todo en astronomía y matemáticas. Los mayas usaban un sistema numérico vigesimal que
incluía el cero en la misma época en que en Europa "batallaban" aún
con los complicados e incómodos números romanos. Como anteriormente comentaba,
gracias a su facilidad para comprender la astronomía, podían predecir con
exactitud los solsticios y los equinoccios, y hasta determinar la duración del
año con mejor precisión que el calendario gregoriano introducido mil años más
tarde, y ahora os preguntareis, ¿podían también predecir el fin del mundo?,
pues viendo como manejaban el calendario, quien sabe, la respuesta queda en
cada conciencia.
Yo personalmente pienso, que ni los Mayas ni su calendario
han predicho el fin del mundo. Estos días escucho continuamente como la gente
discute sobre el tema, unos a modo de broma, otros defendiendo lo indefendible,
y el resto manteniendo una mirada de asombro ante cualquier explicación lógica
que le desarrolles. El sistema ancestral del calendario maya fue desarrollado
hace 1,200 años. A diferencia de nuestro sencillo calendario, los Mayas idearon
una serie de calendarios para ayudar a ordenar el paso del tiempo. Los
calendarios son el Tzolk’in, que cuenta ciclos de 260 días; Haab, que cuenta
ciclos de 365 días; y el calendario de ‘cuenta larga’, que calcula ciclos de
400 años. Cada calendario se usaba para llevar registro de diferentes cosas
como sucesos políticos, culturales y agrícolas.
Para no aburriros, el
calendario de cuenta larga finaliza un ciclo el 21 de Diciembre de 2012. Muchos
predicen que cuando este ciclo termine, se acabará el mundo. Sin embargo yo no
estoy muy de acuerdo con esta forma de pensar, el calendario maya se puede
comparar perfectamente con el calendario que usamos a diario, el cual termina
el día 31 de diciembre de cada año. Pero esto no quiere decir que se acabe el
mundo, simplemente es el último día, para dar la bienvenida a un nuevo ciclo
anual.
El problema somos
nosotros, nuestra mente como siempre, que tiene la necesidad de creer en magias
y métodos adivinatorios, con el fin de cambiar lo que vendrá en siglos
posteriores. Nos preocupa demasiado el futuro y con tal de evadirnos de la
realidad diaria, nos inventamos ataques extraterrestres, robots gigantescos que
se revelaran contra nuestra raza, meteoritos
asesinos que destruirán por completo nuestra raza provocando tsunamis y
terremotos etc etc… Y ahora nos ha dado por destruir el mundo porque los mayas
terminaron un ciclo el día 21 de diciembre. ¿Tantos problemas tenemos que no
nos deja pensar en otras cosas? o acaso necesitamos auto-destruirnos para poder
evolucionar. Esto es lo que yo pienso, pero otros dicen que los mayas no eran
excelentes astrónomos, ni estudiaron el Universo, creyendo que fueron unos
grandes sabios elegidos por seres extraterrestres, que han estado en la tierra
mucho antes que los mayas, seres iluminados para transmitirnos el mensaje de un
cambio, para algunos el fin del mundo, para otros el sistema actual que nos
rige, gobiernos, magnates, masones. El definitiva, el inicio de un nuevo
camino.
Como todo en esta vida, este tipo de montajes tiene la
intención de manipular nuestra pequeña mente para orientarnos al consumismo.
Por ejemplo desde que salio a la luz la gran noticia sobre el fin del mundo
para diciembre de 2012, se han escrito más de 400 libros relacionados con este
tema y las webs se han multiplicado como setas. De hecho existe una falsa web
de ciencia lanzada por los promotores de “2012” , vamos un montaje publicitario que
asegura con un 94% de posibilidades que el mundo será destruido en diciembre de
2012. Es cierto que lleva la firma de Sony Pictures, pero apostamos a que más
de uno se lo ha tragado.
Este tipo de
marketing viral, llamado así porque se expande como los virus informáticos, no
es inocente. Busca beneficios económicos bajo una gran mentira, creando muchas
veces temores innecesarios, llegando incluso a que mucha gente actualmente se
este preparando para el fin del mundo, a mi me parece impresionante, pero es
que la raza humana es así. Si es cierto que tenemos una fecha de caducidad como
raza, pero para eso faltan varios ciclos mayas.
Por lo tanto, dicho
lo dicho, lo que deberíamos hacer este 21 de diciembre de 2012, es ni más ni
menos que celebrar el fin de ciclo Maya. Que al fin y al cabo es como el fin de
ciclo anual, que dentro de poco celebraremos todos nosotros. A los que
realmente creéis que nos quedan días de vida, disfrutar lo que os queda.
A.E.C