martes, 22 de febrero de 2011

Eiffel, una torre desterrada.

Con una pincelada de romanticismo, hoy voy a hablar de una estructura nombrada en sus inicios “torre de 330 metros” (Tour de 330 mètres), estructura de hierro diseñada por el ingeniero vanguardista francés Alexandre Gustave Eiffel.

Menudo disgusto tenían los parisinos a finales del siglo XIX, cuando el ingeniero les estaba construyendo en la ciudad una enorme torre de hierro, horrible y que no servía para nada, simplemente para ser la estructura más alta del mundo (1889). En principio midió 300 metros y posteriormente fue prolongada con una antena hasta 325 metros. El bálsamo de los parisinos era que aquella torre iba a ser desmontada en cuanto terminase la Exposición Universal de París.

Aquellos hierros (6.300 toneladas) fueron construidos en dos años, dos meses y cinco días (1887-1889), y conoció un éxito masivo y constante a partir de los años 60, con el desarrollo del turismo internacional. Actualmente acoge a 6 millones de visitantes al año.

La pena de todo esto es que podríamos visitarla sin salir de España, ya que la podríamos tener plantada en Cataluña. Si, así es. El ingeniero Gustavo Eiffel propuso construirla para la Exposición Universal de Barcelona en el año 1888, pero claro, los dirigentes del ayuntamiento en ese instante decían…, ¡qué estructura más horrible y que montón de hierros inservibles que amenazan con derrumbarse!. También decían que era muy caro y que no encajaba con la ciudad. Claro que ahí estaba Gaudí construyendo su Sagrada Familia, y la torre Eiffel no pegaba ni con cola. Así que Eiffel se fue con su torre a otra parte y la propuso para la siguiente exposición, la de París en el año 89.
Al principio como hemos comentado la reacción parisina fue de espanto, pero bueno si luego la desmontaban no pasaba nada, tampoco pegaba con la fina estética parisina. Pero la torre empezó a crecer y a crecer y a punto estuvieron de derrumbarla en la primera década del siglo XX.

Cuando llegó la Primera Guerra Mundial descubrieron que con la altura de la torre, podrían instalar una antena y así escuchar las comunicaciones alemanas. ¡Para algo tenía que servir la estructura de más de 300 metros!.

Ahora es el monumento mas visitado del mundo y, todos pensamos, qué pena que no esté en España.

A.E.C

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un relato muy interesante, mucho ánimo Alber!!!

Anónimo dijo...

Pues mejor que esté donde está, para que los separatistas catalanes la hubieran utilizado para sus fines, mejor que esté en Paris.

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