Nací en Nueva Orleans hace ya unos cuantos años. Según dice mi madre, de pequeño era un niño retraído y temperamental. Sí me que acuerdo que cuando era adolescente tuve una pelea con mi hermanastro John, y un maldito psiquiatra me dijo que tenía una personalidad esquizoide además de tendencias agresivas, pero gracias a mi madre evité el tratamiento.
En Octubre de 1956, me enrolé con los marines, me gustaba mucho ese mundo, y en 1959 me fui a la Unión Soviética. Simpaticé mucho con las ideas comunistas, aprendí el ruso y lo más importante, empecé a formarme en el mundo de los radares, que la verdad me atraía mucho. De hecho estuve destinado en una base secreta de Japón, desde la que partían los famosos aviones espía de la CIA. Era un gran experto como operador de radares con la dificultad de hacer los exámenes en ruso.
Me casé con Marina, una rusa de gran belleza y tuve una niña. Creo que los soviéticos en general siempre han pensado que tenía algún problema psiquiátrico, cada vez los odiaba más. En cuanto pude volví a los Estados Unidos con mi mujer, os hablo de hace un año.
Ya está bien de hablar de mí, podría deciros mil cosas importantes que he hecho, pero no es el momento, estoy nervioso porque hoy voy a cambiar la historia del mundo. Son las 10 de la mañana y para ser noviembre hace un día muy luminoso, lo que es muy propio para poder desarrollar mi hazaña con total satisfacción.
En la terraza de mi pequeño piso miro hacia el cielo, perdiendo la mirada entre las nubes, soñando con los ojos abiertos, pensado en cuando aparecerá. A las 11:40 aproximadamente aterrizará mi avión y no le espero para viajar. Debo irme ya para ir analizando el escenario, y coger una buena posición.
Ahora mismo voy hacia la zona que tanto veréis por los medios de comunicación en las próximas horas. Soy un francotirador experto y, aunque se opine lo contrario, tengo un fusil, el Manlicher-Carcano. La verdad no se por qué os cuento esto, seguramente ni lo conozcáis. ¡Cuánta gente hay!, es impresionante, cuantos testigos, pero yo paso desapercibido ante todas las fuerzas de seguridad. Las calles destinadas para el circuito del vehículo oficial han sido cerradas al tráfico aproximadamente hace dos horas. ¿Se les habrá pasado por la cabeza al personal de seguridad inspeccionar la ruta?, seguro que no. Ni alcantarillas, ni papeleras, y por supuesto ni edificios altos. Realmente no veo nadie del FBI por las terrazas anexas al recorrido.
Me dirijo al almacén de libros para tener buenas vistas del evento, ya sabéis que es muy importante tener buenas vistas para matar con un arma de francotirador. Siendo el día que es hoy, ¿todavía no sabéis a quién voy a matar?
Ya son las 11:40 horas, y el Air Force One ha aterrizado en el aeropuerto Dallas Lovefield después de un corto vuelo que ha realizado desde Forth Worth. Según lo planificado a las 11:51 horas abandonarán el mismo y se dirigirán a las calles de Dallas. Mi objetivo se acerca. Con un sonido metálico cargo mi primera bala, y mediante la mira telescópica observo el radio de tiro que tengo. Lo tengo todo muy bien planeado, y por lo tanto no habrá errores, un disparo en la cabeza acabará con su vida.
Mierda ya son las 12:30 horas, realmente ya debería estar en mi radio de visión el maldito Lincon oficial. Seguro que está haciendo paradas para que la víctima salude a sus admiradores. –¡Si!- ya le veo jajaja, Lo mas importante es que el vehículo oficial vendrá sin capota, lo cuál es muy importante para ejecutar mi acción.
Ahora lo veo claro, que fácil va a ser asesinar a John Fitzgerald Kennedy. El vehículo del presidente preside la comitiva, bueno solo unas cuentas motos van delante del mismo, pero no me impiden ni mucho menos tener en el punto de mira al presidente. ¡Dios mío!, con él viaja el John Connally, el gobernador de Texas, sinceramente no tiene sentido.
Los miembros del cuerpo de seguridad del presidente son vergonzosos, están demasiado lejos del presidente. La velocidad del vehículo es idónea, mas o menos 15 Km/h. Viene por la calle Houston ¡le tengo!, ¡le tengo en el punto de mira, su cabeza está en mi mira telescópica y va creciendo poco a poco!.
Esperé unos momentos y cuando giró por la calle Elm Street, a unos 20 metros aproximadamente realicé mi primer disparo.
-¡Mierda!, ni le he rozado, ¿a qué he disparado?-. Volví a cargar el arma con la segunda bala, aguanté la respiración, apunté y…disparé de nuevo.
-¡No le he matado, no le he matado! Pero veo que el presidente se retuerce de dolor, - sigue moviéndose y encima le he dado al gobernador, casi le escuché decir, “Dios mío, nos van a matar a todos.”-. Cargué mi tercera bala, ahora si que estoy nervioso, me van a localizar, el FBI sabe que se está intentando asesinar al presidente. Afortunadamente el chófer ha disminuido la velocidad, está tan asustado como yo. En el tercer intento no fallé, vi como su cabeza giraba en un moviendo seco hacia atrás a la vez que una explosión de sangre teñía la imagen del presidente, -descanse en paz- sabía de sobra que estaba muerto.
De repente el tiempo se paró. Los transeúntes estaban aterrorizados por los disparos y al ver el asesinato, corrieron como hormigas a protegerse en un parque que estaba a la entrada del paso a desnivel, temiendo que yo siguiese disparando. Vi como la policía corría hacia el lugar del crimen, protegiendo a la señora de Kennedy. A continuación, la gran mayoría de ellos sacaron las pistolas y armas automáticas apuntando a un blanco que no veían, la verdad que era una imagen dantesca.
Rápido escondí el rifle entre los libros, y salí corriendo de allí. Joder era la primera vez que se asesinaba a un presidente de los EEUU en 63 años.
Mi nombre es Lee Harvey Oswald, tengo 24 años y ahora quiero que me digáis, que penséis y sobre todo que analicéis los detalles que he contado, y si realmente, esto es una historia inventada o real. ¿Creéis que fui yo realmente el que mató a John Fitzgerald Kennedy?
Después de horas y horas documentándome sobre el asesinato del presidente, estoy seguro que existió una conspiración tramada en las más altas cumbres políticas de los EEUU, donde el único cabeza de turco sería el eslabón más endeble y vulnerable de la cadena: Lee Harvey Oswald.
Creo que existen demasiados puntos débiles en la seguridad del Presidente el día del asesinato. Por ejemplo, es inconcebible que el Presidente y el Gobernador del Estado de Texas, John Conelly viajaran juntos en el mismo vehículo. De igual modo, no entiendo por qué el coche del Presidente encabezaba la comitiva, precedido únicamente por varios agentes en moto. Tampoco entiendo por qué el servicio de seguridad del presidente permitió que la limusina Lincoln circulara sin capota, a pesar de que el vehículo dispusiera de un sistema antibalas. Además, en las azoteas de los edificios cercanos al circuito había francotiradores vigilando el recorrido. Otro punto importante era la velocidad del vehículo, unos 10 Km./h, algo que facilitaba la tarea de cualquier tirador aficionado. Y como estas muchas más que no he contado en el relato.
¿Por qué los testimonios de los 51 testigos que afirmaban haber oído disparos provinentes de la verja del montículo situado junto al almacén de libros de la calle Elm, fueron obviados por la Comisión Warren? Muchos de ellos estaban a muy pocos metros de donde fueron efectuados los disparos de un segundo tirador, incluyendo al camarógrafo aficionado Abraham Zapruder que consiguió la cinta más corta y cara (25.000 dólares) de toda la historia de la filmoteca mundial. Incluso varios pudieron ver el humo provocado por, al menos, dos disparos. Incluso un análisis practicado sobre una grabación realizada durante el tiroteo por un aficionado afortunado, Lee E. Bowers, apostado en la acera de la calle Houston, reveló la existencia de un segundo tirador tras la verja de la calle Elm.
¿Por qué el conductor de la limosina oficial, Bill Greer, no acelera cuando escucha los primeros disparos, sino que incluso disminuye la velocidad del vehículo? Es sorprendente ver en la grabación de Zapruder que, mientras el Gobernador y el Presidente se contorsionan de dolor durante aquellos interminables siete segundos, e incluso habiendo gritado Connally "¡Dios mío, nos van a matar a todos!", Creer parece mirar atrás intentando adivinar si aquello era cierto o ficción.
Pero hay más. Oswld realizó tres disparos en 5,7 segundos. El Manlicher-Carcano era un fusil de cerrojo, esto quiere decir que debía ser cargado tras cada disparo. Ninguno de los expertos tiradores del FBI consiguió hacerlo en tan pocos segundos.
Es fácil deducir que John Kennedy fue asesinado porque los sectores poderosos de los aparatos económicos, militares y políticos de los EEUU, que son la misma cosa, así lo decidieron y toleraron. El motivo: los errores y poca agresividad de JFK en Cuba y su voluntad de retirar las tropas de Vietnam (decreto que firmó días antes de morir, que nunca se llevó a cabo y que se ha mantenido en secreto hasta ahora).
En este asesinato se entrecruzaron, como mínimo, la connivencia del vicepresidente Johnson (nivel político). la CIA, el FBI y la Comunidad de Inteligencia (incluyendo el Secret Service) así como la judicatura (juez supremo Earl Warren). Los fallos de seguridad son imperdonables y si no hubiese habido una conspiración aquel día incluso alguien con una pistola podría haber matado al Presidente fácilmente. La autopsia fue una autopsia militar, falseada, y todos los datos y conclusiones de la Comisión Warren están escandalosamente manipuladas para la causa común de la teoría del asesino solitario.
Ese cabeza de turco llamado Oswald, que en realidad trabajó para la CIA y murió siéndolo (cuando la CIA abra sus archivos sobre él lo sabremos) un FBI que ocultó y manipuló pruebas y que perdió otras tantas por el camino, en la investigación más chapucera, manipulada y falsa de la historia de los EEUU.
Un complejo de inteligencia, formado por la CIA y otras agencias, en especial el FBI de John Edgard Hoover y en el que colaboró la comunidad exiliada cubana y los sectores anticomunistas con el objetivo de derribar a Castro, de donde salieron los asesinos (una emboscada militar a todos los efectos). Dos grupos mínimo de asesinos participaron en el operativo (aunque probablemente fueron tres): desde el depósito de libros, desde el edificio Dalltex y desde el montículo. Cada grupo dotado al menos con un tirador y un observador con radio. Además, seguramente más gente intervino: miembros disfrazados de policía o agentes secretos que en el montículos despejaron a la gente antes y después del atentado; los supuestos vagabundos; el hombre del paraguas y su acompañante brazo en alto; la mujer del pañuelo que grabó todo el atentado corriendo junto a la limusina que tuvo una actitud extraña antes y después del atentado…
Solo en el 2039 tendremos acceso a los miles de informes de la CIA, FBI, autopsias oficiales, etc. Solo entonces, quizá, sabremos realmente la verdad. Si es que al final los publican, si es que al final no lo manipulan de nuevo.
2 comentarios:
Evidentemente Oswald no fue el asesino de JFK, bueno si que fue uno de ellos, pero bajo las cuerdas de los arcos cargos americanos.
Si alguien opina otra cosa, que lo diga.
Paolo.
Totalmente de acuerdo, el no fue el único, eso seguro, es triste que te engańen, pero es peor que sepas que te están engańando, se creen que somos tontos, pero como en este mundo vale mentir y no pasa nada....en fin, muy buen tema poeta, excelente como siempre, 1 abrazo y esperaremos al 2039 aunque lo tunearan seguro jeje
^Pier^
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