miércoles, 2 de marzo de 2011

Los Templarios, monjes y guerreros.

Maestre: ¿Prometéis a Dios y a Nuestra Señora, que de ahora en adelante y durante todos los días de vuestra vida, obedeceréis al Maestre del Temple y a los que sean vuestros superiores?

Caballeros templarios, orden medieval de carácter religioso-militar fundada en el año 1128 por Hugo de Payens con el permiso de Balbuino II, rey de Jerusalén, cuya denominación oficial era Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, conocidos oficialmente como Caballeros del Templo de Salomón. Esta denominación se debía porque su primer palacio en Jerusalén era adyacente a un edificio conocido como Templo de Salomón (es largo y extenso hablar de sus inicios).

En principio y tras la primera Cruzada, fue una orden militar dedicada exclusivamente a defender a los peregrinos que visitaban Palestina. Hay un punto importante que destacar al respecto. Esta Orden tenía un carácter meramente militar y se diferenciaba de Los caballeros de San Juan de Jerusalén y de los caballeros teutónicos, porque estas últimas eran instituciones destinadas a la caridad y nada tenían que ver con lo militar.

La Orden estaba encabezada por un gran maestre (rango de príncipe), vestido por un manto blanco con una cruz latina de color rojo en su espalda. El cuartel general permaneció en Jerusalén hasta la caída de la ciudad en manos de los musulmanes (1187), localizándose posteriormente en Antioquia, Acre, Cesárea y por último en Chipre.

Los templarios desarrollaron un eficiente sistema bancario, gestionando regularmente el dinero y suministros desde Europa, donde éstos acabaron por confiar. Se consideraban como banqueros y llegaron a encargarse de una gran fortuna.

Todo esto, levantaba una gran envidia tanto en el poder secular como en el eclesiástico, y en el año 1307, el arruinado Felipe IV “El capullo”, perdón “El Hermoso” de Francia, con la colaboración de el Papa Clemente V (con la iglesia hemos topado, vaya par), ordenó el arresto del “gran maestre” Jacques de Molay, acusado de practicas satánicas. Molay y los principales responsables del Temple confesaron bajo tortura (claro, no le quedaba otra al enfrentarse ante tan satánicas torturas), así que fueron quemados en la hoguera y asunto acabado.

En conclusión, la Orden fue suprimida en 1312 por el Papa y sus propiedades asignadas a Felipe IV y a Enrique II de Inglaterra, que desmanteló la Orden en su país. Saquen ustedes sus propias conclusiones.

Como anécdota decir que, el francés Jacques de Molay quemado ocho años después de su arresto en la hoguera frente a la catedral de Notre Dame, se arrepintió de todas las acusaciones que se había visto obligado a admitir por fuerza de las torturas e invitó a sus acusadores y enemigos al “Juicio del Cielo”.

Increíblemente y un año después de esta declaración, Felipe IV, Clemente V y Guillermo de Nogaret murieron por causas naturales, Por último, aclarar que el canciller Guillermo apoyó al proceso inquisitorio en contra del Temple.

Y ¿qué tiene que decir el Papa a todo esto? El 25 de octubre de 2007 el Vaticano informa del hallazgo de unos documentos secretos por los cuáles exculpan la responsabilidad de la Iglesia Católica y del Papado (Clemente V) de la detención, condena y asesinato de Jacques de Molay en la hoguera en 1314. El Vaticano descarga toda la responsabilidad en la corona francesa y en su titular Felipe IV.

Fue el Papado y no el Rey de Francia el que obligó el cierre de la Orden en otros países (el monarca francés no tenía poder ni en Alemania ni en Inglaterra, ni en Aragón ni en Castilla, ni en Escocia ni en…), a confiscar las propiedades y a detener a sus miembros.

Fue el Papado el que entregó los bienes de los Templarios a los caballeros hospitalarios.

Fue el Papado el que reclamó las posesiones de los Templarios y del nunca hallado tesoro, por si fuere encontrado. Muchos dicen que se encuentra en el Vaticano.

Esto es historia y en algún sitio está escrita.

A.E.C

2 comentarios:

Anónimo dijo...

!!!!CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO!!!!
Muy interesante el artículo.
Cuando te enteres donde está el tesoro cuenta conmigo para desenterrarlo, a ver si van a ir los del Hespérides y la hemos liado.....
Enhorabuena.
R. Espacios.

Anónimo dijo...

Que bueno poe, de todas formas los templarios tampoco eran unos santos, aunque todos sabemos como ha sido la historia de la iglesia jejeje
Tienes que escribir artículos más largos, que molan un huevo, un abrazo hermano.
^Pier^

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