1808, la primera carta escrita a máquina.

Compartir

Atrás se quedaron ya las máquinas de escribir. Ahora ya en cualquier casa hay un ordenador como mínimo y muchos de los adolescentes actuales no han tenido el placer de escribir en ellas. Aquellas que se tenía que mover el carro y meter el folio, que siempre entraba torcido y casi nunca recto, y de aquellos exámenes de mecanografía en la Plaza de la Villa que eran estresantes e imprescindibles para un puesto de oficinista… se pierden las costumbres.

Se dice que las primeras máquinas iban adornadas con dibujos de flores porque este artilugio estaba pensado para las mujeres.

El 23 de Junio de 1829 el inventor William Austin Burt hizo un intento de patente (aunque en 1714 Henry Mill consiguió la primera, pero no funcionaba del todo) por su máquina de escribir, que ni se le parecía y además era más lenta que escribir a mano, se le llamaba tipógrafo.

Sinceramente y entre nosotros lo que inventó William no valía absolutamente para nada, de hecho nadie le compró la patente, así que nos tuvimos que esperar hasta el siglo XX para tener una máquina en condiciones, las llamadas Remington o Underwood con caracteres colocados en forma semicircular y rodillo. Después evolucionaron hasta las máquinas de escribir electrónicas, que ya se utilizaban en 1925, donde IBM tuvo mucho que ver. Éstas ya no tenían la cinta de dos colores (negro-rojo) que aparecieron como una necesidad para los libros contables (los famosos números rojos).

Lo interesante de todo esto a parte de la historia, es que todos alguna vez nos hemos preguntado mirando el teclado del ordenador a quién se le ocurrió distribuir el abecedario de esa forma tan anárquica, ¿por qué entre la “h” y la “j” no está la “i”?, o ¿por qué la “a” está junto a la “s”? Pues aunque parezca mentira tiene su sentido, se trataba de que las letras que formaban las combinaciones mas comunes de palabras estuvieran lo mas alejadas posible. Así se evitaba que se agolpasen las varillas impidiendo un atasco en la máquina.


Actualmente, en la época que vivimos, esto ya no tiene sentido, ahora utilizamos teclados que al pulsar la tecla, la letra aparece milagrosamente en la pantalla del ordenador. Pero seguimos con la misma distribución del alfabeto que se hizo hace siglo y pico. Esta última no es la única herencia que tenemos en la actualizad de la máquina de escribir, existen muchas, pero hay una que es especialmente simpática. Cuando escribimos un correo electrónico, que seguro que muchos lo hacemos casi a diario, existe la opción de mandarlo con “copia”, lo que aparece en la pantalla como “CC”. Pues bien, estas siglas significan, aunque no os lo creáis, copia de carbón, y hace referencia a aquel papel negro que poníamos entre dos folios en la máquina de escribir para tener dos textos con el trabajo de uno. Ahora vamos de muy modernos, pero gran parte de la jerga del ordenador es heredada de la máquina de escribir.

Como último punto, y no menos gracioso, es que alguien tuvo la brillante idea de inventar la máquina de escribir silenciosa. El invento fracasó ya que a la gente le gustaba el repiqueteo de las teclas en su máquina.

A.E.C.