miércoles, 27 de abril de 2011

El fin del mundo.

Paseando, solo y en silencio, miré al cielo…

Era una tarde tranquila con el cielo despejado. Podía contemplar todas las nubes bajo los rayos del Sol, pero al girar la vista todo se nubló. Vi como un gran meteorito venía hacia la tierra, a partir de aquí ya no sentí nada, solo observé desde el espacio las consecuencias producidas.

Una gran piedra viajaba a velocidades cósmicas, era imparable, entró en la atmosfera terrestre a tal velocidad que el aire que se interponía no podía quitarse del medio quedando de este modo comprimido. El aire comprimido se calentó muy deprisa y la temperatura se elevó a 60.000 grados Kelvin o diez veces la temperatura del Sol. En ese instante de la llegada del meteorito a la atmósfera, todo lo que había en su trayectoria (personas, casas, coches, fábricas), se contrajo y se desintegró al instante.

Un segundo después chocó contra la superficie terrestre. El meteorito se evaporó instantáneamente, pero la explosión hizo estallar mil kilómetros cúbicos de roca, tierra y gases calentados. Vi como todos los seres vivos en 250 kilómetros a la redonda perecían ante la explosión. A partir de ahí se produjo una onda de choque inicial que irradiaría hacia fuera y se lo llevaría todo por delante a una velocidad casi como la de la luz.

Para aquellos que estaban fuera de la zona inmediata a la devastación, el primer anuncio de la catástrofe fue un fogonazo de luz cegadora (el más brillante que nunca había visto). A los dos minutos de la visión apocalíptica de lucimiento incomprensible, una pared rodante de oscuridad llegó hasta el cielo y llenó todo el campo de visión desplazándose a miles de kilómetros por hora. Se aproximaba en un silencio hechizante.

Al cabo de unos minutos contemplé como en una gran área casi todo lo que se alzaba del suelo estaba aplanado o ardiendo, y casi todos los seres vivos habían muerto. A los que estaban a una distancia aproximada de 1.500 Km. observé como eran derribados y cortados en rodajas por una ventisca de proyectiles voladores. Después de esta distancia la devastación iba disminuyendo, pero seguía arrasando. Esto no era más que una onda de choque inicial. El impacto desencadenó miles de terremotos devastadores, volcanes que empezaron a activarse arrasando todo a su encuentro. También vi como tsunamis superiores a los que había visto se tragaban las costas con gran facilidad. En una hora, una nube de oscuridad cubría la Tierra, cayendo por todas partes miles de rocas ardiendo y otros desechos, carbonizando parte del planeta. En el primer día murieron mil millones y medio de personas. Las enormes perturbaciones producidas en la ionosfera destruyeron, en todas partes, los sistemas de comunicación. Los supervivientes que quedaban no sabían lo que estaba ocurriendo ni tampoco se podían comunicar. No importaba mucho, huir sería una muerte lenta.

Había mucho hollín y ceniza flotante producida por el impacto, que taparon el Sol durante varios meses, incluso varios años., produciendo lo que se llama un invierno nuclear, un invierno muy frío, donde todo se congelaría, nadie comería, todos moriríamos.

Sí señores, éstas serían las consecuencias reales si impactase un meteorito. Ahora me pregunto ¿ocurrirá esto en un futuro?. Según estudios científicos, la consecuencia de la desaparición de los dinosaurios fue un meteorito con su posterior glaciación. ¿Se acabaría la especie humana y surgiría otra?

La noticia es que la NASA ha estimado que el asteroide Apophis, impactará contra la Tierra en 2036, lanzando más de 100.000 veces la energía lanzada en la explosión nuclear sobre Hiroshima.

El astronauta español, Pedro Duque, advierte que “sí existe una certeza matemática absoluta de que el asteroide Apophis pasará enormemente cerca de la Tierra en 2029”, y que se puede darse “la posibilidad de derribar satélites comerciales”. Además, afirma que “en 2036, atraído por el campo magnético del planeta, pueda caer en la superficie marítima originando un inmenso tsunami, infinitamente más grande que el que asoló Indonesia en 2004”.
Ahí queda eso. La Tierra no está preparada para un impacto de esta magnitud, ¿y vosotros?


A.E.C

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder Poeta, vaya rallada, o sea que nos quedan 20 años de vida máximo?, menos mal que tenemos a Bruce Willis que subirá en un cohete y romperá el meteorito jejeje, buen tema, corto pero bueno, un abrazo.
^Pier^

Anónimo dijo...

joder me cago de miedo entonces a vivir como si fuera el ultimo dia. Bueno ya subira alguien a partirlo x la mitad, ja ja

POE dijo...

Son 270 metros de diametro, un pedrusco importante. Esperemos que los listos de la NASA sepan afrontarlo.

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